martes, 11 de junio de 2013

Contrastes.

Releer cosas escritas en el pasado, y darme cuenta de cómo han evolucionado mis sentimientos. Cómo ha afectado todo a mi vida,  las cicatrices que aún tengo, los temores y problemas anímicos. Es todo por una persona, esa persona que tiene un corazón de hielo y que pone a la droga antes que a cualquier cosa. Esa persona, que le es indiferente destrozar vidas, porque yo no soy la única.
De ahí, a que me dejase herir por los demás, seguí aparentando ser fuerte, pero por dentro era una niña llena de dolor y lágrimas.
Gracias a otras personas, superé parte de los problemas que tenía. Pero eran muy pocos los que sentían preocupación por mí. Muy pocos, ciertos casos se concentraban en animarme primero, en ganarse mi confianza, para después aprovecharse de esa confianza. Canallas. No merecéis el respeto de nadie.

sábado, 16 de febrero de 2013

LT.

Echarte de menos tanto que duele. Me duele el estómago, del vacío que siento, me duele la garganta, de aguantar las lágrimas, me duele la cabeza, de no dormir. ¿Cómo es posible que en tan poco tiempo llegue a sentir algo tan grande por alguien que vive a tanta distancia?
De día, lo único en lo que pienso es en tus ojos, en tus abrazos, en tus besos. Cada vez que cierro los ojos, revivo esa despedida tan dura, el dolor que sentí al besarte por última vez, cómo se me cayó el mundo encima cuando dijiste "qué difícil es esto, ¿no?". De noche, sueño contigo. Todas las noches. Lo único bueno, es que no hay ninguna pesadilla, porque ya no hay nada peor a estar tan lejos de ti. Sueño con volver a besarte, sueño con que vuelvas aquí, sueño con dormir contigo, sueño que estamos juntos.
De los sueños se vive, ¿verdad?. De los sueños, aunque es una lástima que solo sea eso. Un sueño, un deseo, una ilusión, de la que aun no tengo la certeza de si ocurrirá algún día.
No puedes ni imaginar, lo difícil que es levantarme cada día, vestirme, arrastrar los pies de un cuerpo sin alma. Solo pienso en ti, no puedo hacer otra cosa, no puedo centrarme en nada más que en ti. En que te echo de menos, en que te necesito. Te necesito aquí, conmigo, y ahora. Que si vuelves, estaré aquí para ti.
I miss you so much it hurts.

viernes, 11 de enero de 2013

Pasado.

Aunque no lo creas, sigo siendo la misma niña que se dormía pensando en tu sonrisa y en tus besos. Sigo pensando en tus abrazos, en tus bromas, en todas las cosas que pensabas para sorprenderme. Para cambiar nuestra rutina, y de las que yo no me daba cuenta. La diferencia, entre antes y ahora, es que ahora me duermo con lágrimas en los ojos, cuando me acuerdo de ti, cuando estoy sola, me hago un ovillo en mi cuarto y me vienen recuerdos de nuestros momentos durante un tiempo que parece eterno, hasta que me quedo dormida. Cuando recuerdo tus buenos días, tus buenas noches, esos besos en la parada del autobús, los días que subías en bicicleta hasta mi casa solo para pasar un rato conmigo, en nuestro banco, los que subías en mi autobús y después te ibas andando hasta tu casa solo por estar cinco minutos más conmigo. Cuando pienso en lo que te importaba, en lo que me querías. Pero lo que más me duele, lo que más me hace llorar, lo que me impide deshacerme  de ese dolor en el pecho por las noches, es saber que ya no me quieres. Que ya no harías esas cosas por mí, que jamás volverás a llamar a mi puerta, que no vendrás a verme cuando estoy enferma, que no te reirás igual conmigo, que no sientes lo mismo. Que no sientes el deseo y la necesidad de estar conmigo y de besarme. Y yo por más que intente evitar esos pensamientos, por más que intente convencerme a mí misma de que debo seguir adelante... No puedo, porque recuerdo todo, recuerdo como lo eché a perder cuando eras lo más importante de mi vida. 
En realidad, lo sigues siendo. Aunque no lo creas, aunque no lo crea nadie. En esos momentos por las noches en las que no puedo dormir porque te echo de menos, sé con certeza que aún sigues siendo mi vida, que quiero más que nada cumplir los planes que teníamos, que quiero volver a caminar de la mano como lo hacíamos antes. Quiero demostrarte, más que nada, que aún te quiero con locura.
Pero todo eso, me es imposible, pues tú ya pasaste página.
Ya es todo parte del recuerdo, que perdurará en mi memoria, torturándome, hasta el día que entienda por qué abandone a quien me hacía feliz.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Finales.

Qué decir, cuando estás así. No saber por dónde empezar para agradecerle a alguien las cosas.
Que han sido los mejores cuatro meses de mi vida, me ha sabido a poco pero te sigo queriendo con locura. Sigo enamorada de ti, sigo sin admitir que ya se acabó, sigo pensando que es un mal sueño y que mañana despertaré y habrá pasado todo. Pero no, no es así, porque ya dormí ayer y me desperté hoy, y seguía siendo un infierno.
Porque es lo mejor para los dos, pero estar sin ti es... No hay palabras, para explicar lo horroroso que es, pensar en tu sonrisa, en tus besos, en tus cosquillas, en el aroma de tu piel, y asumir que ya no eres mío, que ya no soy tuya. Que ya no estás conmigo. Y es una sensación terrible, verte por la calle hace que se me parta el alma, que sea inevitable derramar lágrimas, y hoy mismo te he dicho "Nadie merece las lágrimas de otra persona" para que no llorases más por mí, pero es algo inevitable, lo sé, no puedo dejar de llorar, no puedo sonreír al recordarte porque empezaré a llorar.
Te echo de menos, de voy a echar de menos como a mi vida, ya que, durante este tiempo tú lo has sido, como me dijiste también ayer. Que te debo mucho, debo agradecerte todo lo que has hecho por mí en este tiempo, todas las sonrisas que me has sacado y las depresiones que me has quitado. Que has sido lo más sincero que hayas podido ser, porque sé que te costaba contarme la verdad. Pero el pasado da igual. Me arrepiento de no haberte insistido más. Pero ya es tarde. No importa, y no habría importado en ese momento. Da igual.
Que quede claro, que te quiero, que aún sigo enamorada de ti, que va a costar dejar ese sentimiento atrás, soy fuerte, pero incluso las personas más fuertes acaban siendo débiles en algún momento.
Ya me he tragado mi dignidad y orgullo, me da igual llorar y decir que he llorado, llorar en público, pedir un abrazo. Me da igual todo por ti. Y me trago mi orgullo al decir que me estoy arrepintiendo, que cada segundo que pasa se me hace mas difícil estar sin ti. Pero ya está hecho.
Espero que todo te vaya genial, mejor que a mí por lo menos, muchas gracias por todo.
Pablo Campillo Espejo.

martes, 20 de noviembre de 2012

Errores.

A veces cometemos errores sin sentido, decimos cosas de las que después nos arrepentimos, tomamos decisiones estúpidas, estropeamos aquello que podría ser algo apasionante.

¿Qué somos?

Recuerdo cuando decía 'Vamos a jugar a papás y a mamás. ME PIDO SER MAMÁ. Esta será la cocina, este el dormitorio... Corre papá, ve a comprar comida que los niños tienen hambre...'

Recuerdo cuando la palabra 'rallarse' no significaba nada para mí, y ahora me rallo por un chico.
Recuerdo cuando veía a la gente fumando por la calle y decía 'Yo nunca voy a hacer eso.'
Recuerdo cuando con un caramelo, el día entero se me arreglaba.
Recuerdo cuando ahorraba para comprar chucherías, y tenía billetes por todos sitios... Ahora no consigo ni ahorrar 10€ , y no ahorro para comprar chucherías... si no para comprar tabaco.
Recuerdo cuando me tiraba por columpios, me subía en los ponis en la feria.
Recuerdo que cuando aprendí a leer, leía todos los carteles de la calle.
Recuerdo que no me daba vergüenza nada, corría por las calles con mucha felicidad, gritaba tonterías, me quería comer el mundo. Ahora, si hay alguien digo: 'No lo hago, que hay gente. Qué lache.'
Y ahora me siento aquí, mirando como niños de 6 años hacen lo mismo que yo hacía, corren por el parque... Me miran con la misma cara con la que yo miraba a la gente que fumaba. 
Sí. Me gustaría volver a ser así, sólo por un día.
Pero mírame ahora... ¿ En qué me he convertido ?

domingo, 23 de septiembre de 2012

Lost soul.

Mirar al cielo y verlo oscuro, cada día sale el sol pero solo si estás aquí, si estás conmigo, y no lo estás. Hoy no hay rayos de sol, no hay luz sin ti, las horas vacías pasan lentamente y no tengo nada que hacer más que pensar en ti. Pensar en tu sonrisa, en tus abrazos, en el vicio que tenías de hacerme cosquillas siempre, en que jamás me soltabas, en tus promesas, en las cosas que nos quedaban por hacer. Tantas cosas que acordamos hacer y al final se desvanecieron en el aire, como tú, y como un sueño perdido. Porque era eso, un deseo, al cigarro de la suerte siempre le pedía estar bien contigo, siempre hacía lo posible por acabar el paquete cuanto antes para poder suplicarle al último que me quisieras. Pero ahora solo es un recuerdo. Un recuerdo entre muchos otros, un recuerdo que desvanecerá poco a poco, muy lentamente, rasgando las pocas ganas que me quedan de seguir adelante. Cualquier cosa que hago, me recuerda a ti. Estudiar el mapa de España, me recuerda las ciudades en las que estuve y donde estabas tú en verano, y hablábamos horas y horas por teléfono, nos mandábamos mensajes kilométricos. Me acuerdo cuando salía a mirar las estrellas y te dije que miraras la luna. Era preciosa esa noche, y me gustaría haberla visto contigo alguna vez. Pero el tiempo pasa, la gente cambia, y supongo que volver a subir al Albaycín, bajar a la playa, dormir juntos y ver las estrellas se quedó en el olvido.Lo único que pienso, que ojalá me lo hubieras dicho antes, ojalá el último tiempo no hubiera sido una farsa y ojalá hubieras sido sincero desde el principio. Ojalá no hubieras esperado hasta después de que me enamorara de ti. ¿Sabes que estas últimas dos semanas que tú estuviste pensando en cómo decirme que querías dejarlo, yo estaba pensando en cómo decirte que me estaba enamorando de ti? 
Sí, es cierto que te dije que no lo pasaría tan mal como he hecho en el pasado, pero me equivocaba. Pensaba que podía controlar mis actos, pero no puedo. No soy capaz, no controlo mis gestos, mi mente esta perdida, vacía, recordando ese último beso, ese dolor en el pecho aguantando las lágrimas hasta que te fueras, ese abrazo. Recordando tu mirada cuando estábamos hablando, lo que te costaba explicarte. Mi alma vaga perdida muy lejos de aquí, muy lejos de donde esté mi cuerpo, ni si quiera yo sé dónde.
No sé si algún día volverás a mirar mi blog, si querrás acordarte de mí y leer lo que te escribí el 22 de agosto, y por casualidad te encuentres con esto. Si lo haces, creo que puedes entender que por aquí se explicarme bastante mejor. Escribiendo me desahogo, puedo volcar todos mis sentimientos sobre un par de párrafos sin que nadie me vea llorar, sin que me veas llorar, sin que digas que mis ojos te dicen todo, porque aquí no los puedes ver.
Sí, te admito que ahora esos ojos pardos están llenos de lágrimas, y te admito que llevan tiempo sin descansar. Porque ahora, mis ojos están apagados, por mucho sol o luz que haga, no brillan, no se ve el reflejo de los tres colores que los componen, son simplemente unos ojos marrones, tristes, cansados. Y siento decepcionarte, diciéndote que mi sonrisa, por muy preciosa que me digas que es, ya no volverá a ser la misma.
Y es que no tiene sentido sonreír si no eres tú el que me hace sonreír, porque solo tú puedes sacármela de una forma que nadie puede, solo tú puedes hacerme sonreír, como una niña chica que juega con su juguete nuevo. Pero ahora mi sonrisa estará ausente un tiempo indefinido, ausente sin saber cuándo volver, ausente, asustada de volver a ser separada de mi boca.
Recuerda que TE QUIERO, como a nadie y también acuérdate, siempre cumplo mis promesas.















Pce.#