domingo, 23 de septiembre de 2012

Lost soul.

Mirar al cielo y verlo oscuro, cada día sale el sol pero solo si estás aquí, si estás conmigo, y no lo estás. Hoy no hay rayos de sol, no hay luz sin ti, las horas vacías pasan lentamente y no tengo nada que hacer más que pensar en ti. Pensar en tu sonrisa, en tus abrazos, en el vicio que tenías de hacerme cosquillas siempre, en que jamás me soltabas, en tus promesas, en las cosas que nos quedaban por hacer. Tantas cosas que acordamos hacer y al final se desvanecieron en el aire, como tú, y como un sueño perdido. Porque era eso, un deseo, al cigarro de la suerte siempre le pedía estar bien contigo, siempre hacía lo posible por acabar el paquete cuanto antes para poder suplicarle al último que me quisieras. Pero ahora solo es un recuerdo. Un recuerdo entre muchos otros, un recuerdo que desvanecerá poco a poco, muy lentamente, rasgando las pocas ganas que me quedan de seguir adelante. Cualquier cosa que hago, me recuerda a ti. Estudiar el mapa de España, me recuerda las ciudades en las que estuve y donde estabas tú en verano, y hablábamos horas y horas por teléfono, nos mandábamos mensajes kilométricos. Me acuerdo cuando salía a mirar las estrellas y te dije que miraras la luna. Era preciosa esa noche, y me gustaría haberla visto contigo alguna vez. Pero el tiempo pasa, la gente cambia, y supongo que volver a subir al Albaycín, bajar a la playa, dormir juntos y ver las estrellas se quedó en el olvido.Lo único que pienso, que ojalá me lo hubieras dicho antes, ojalá el último tiempo no hubiera sido una farsa y ojalá hubieras sido sincero desde el principio. Ojalá no hubieras esperado hasta después de que me enamorara de ti. ¿Sabes que estas últimas dos semanas que tú estuviste pensando en cómo decirme que querías dejarlo, yo estaba pensando en cómo decirte que me estaba enamorando de ti? 
Sí, es cierto que te dije que no lo pasaría tan mal como he hecho en el pasado, pero me equivocaba. Pensaba que podía controlar mis actos, pero no puedo. No soy capaz, no controlo mis gestos, mi mente esta perdida, vacía, recordando ese último beso, ese dolor en el pecho aguantando las lágrimas hasta que te fueras, ese abrazo. Recordando tu mirada cuando estábamos hablando, lo que te costaba explicarte. Mi alma vaga perdida muy lejos de aquí, muy lejos de donde esté mi cuerpo, ni si quiera yo sé dónde.
No sé si algún día volverás a mirar mi blog, si querrás acordarte de mí y leer lo que te escribí el 22 de agosto, y por casualidad te encuentres con esto. Si lo haces, creo que puedes entender que por aquí se explicarme bastante mejor. Escribiendo me desahogo, puedo volcar todos mis sentimientos sobre un par de párrafos sin que nadie me vea llorar, sin que me veas llorar, sin que digas que mis ojos te dicen todo, porque aquí no los puedes ver.
Sí, te admito que ahora esos ojos pardos están llenos de lágrimas, y te admito que llevan tiempo sin descansar. Porque ahora, mis ojos están apagados, por mucho sol o luz que haga, no brillan, no se ve el reflejo de los tres colores que los componen, son simplemente unos ojos marrones, tristes, cansados. Y siento decepcionarte, diciéndote que mi sonrisa, por muy preciosa que me digas que es, ya no volverá a ser la misma.
Y es que no tiene sentido sonreír si no eres tú el que me hace sonreír, porque solo tú puedes sacármela de una forma que nadie puede, solo tú puedes hacerme sonreír, como una niña chica que juega con su juguete nuevo. Pero ahora mi sonrisa estará ausente un tiempo indefinido, ausente sin saber cuándo volver, ausente, asustada de volver a ser separada de mi boca.
Recuerda que TE QUIERO, como a nadie y también acuérdate, siempre cumplo mis promesas.















Pce.#